Este lácteo es rico en inmunoglobulina A (IgA), que son anticuerpos secretores que protegen al organismo contra un gran número de microorganismos patógenos que afectan principalmente el tracto digestivo o el tracto respiratorio e incluso tienen efecto contra algunos virus y parásitos.
El contenido de lactosa en la leche de cabra es menor que en la leche de vaca, lo que en algunos casos puede ser benéfico para las personas intolerantes a la lactosa, ya que al tener una mayor digestibilidad y absorción a nivel de tracto intestinal, deja menos residuos sin digerir en el colon, reduciendo la fermentación y los síntomas de la intolerancia a la lactosa.
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