La leche de cabra contiene una menor proporción de lactosa
que la de vaca, aproximadamente un 1% menos, pero al tener mayor digestibilidad
puede ser tolerada por algunos individuos con intolerancia a este azúcar de la
leche.
La diferencia esencial existente entre la composición de la leche de vaca y
cabra radica en la naturaleza de su grasa, y no sólo por el pequeño tamaño de
los glóbulos, sino más bien debido a la composición que esta grasa muestra en
cuanto al perfil de sus ácidos grasos.
Contiene más ácidos grasos esenciales
(linoleico y araquidonico) que la leche de vaca. Ambos son de la serie omega 6.
Por otro lado, presenta un 30-35% de ácidos grasos de cadena media (C6-C14) MCT
frente a la de vaca que sólo tiene un 15-20%. Estos ácidos grasos son una fuente
rápida de energía y no son almacenados como tejido adiposo.
Además, la grasa de
la leche de cabra disminuye los niveles de colesterol total y mantiene unos
niveles adecuados de triglicéridos y transaminasas (GOT y GPT). Esto hace que
sea un alimento de elección para la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Citado de Noticias Universidad de Granada
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